Golden State Warriors: a por el cuarto anillo

Stephen Curry, con la selección de los EEUU.
Stephen Curry, líder de los Golden State Warriors, busca ahora su cuarto anillo.

“Hemos vuelto”, con esas dos palabras explicó Draymond Green lo que supuso la victoria de los Golden State Warriors en el quinto partido de su serie ante Dallas Mavericks. La victoria de los californianos, 110-120, supuso el punto y final a las Finales de la Conferencia Oeste y, por ende, un billete para ellos a las Finales de la NBA. Las sextas en ocho temporadas y, probablemente, las más meritorias. Pues llegan tras una lesión de dos años para Klay Thompson, y tras las dudas para un colectivo que no sabía si llegaría a este nivel otra vez.

El partido fue, precisamente, un viaje de Thompson a los viejos tiempos. Sus 32 puntos fueron demasiado para los Mavs, pero el partido —y, en general, todos sus playoff— también sirvió como una oda a lo que ha sido la cultura de los Golden State Warriors en esta década. Con ese grupo de tres formado por Klay, Steph y Draymond; pero con un gran trabajo en el draft —Jordan Poole—, en el reciclaje de jugadores que parecían perdidos —Andrew Wiggins— y en la fabricación de un estilo propio. En definitiva, una oda al trabajo de Steve Kerr y su equipo.

Los Golden State Warriors están de vuelta

Los de San Francisco “ya están aquí”, como diría el grande de Guillermo Giménez. Los Golden State Warriors solventaron ayer, 26 de mayo de 2022, su regreso a unas Finales NBA después de dos años de travesía por el desierto. Y quién mejor para certificar su regreso que Klay Thompson, que con un partidazo —32 puntos, ocho triples, momentos estelares en defensa— cercenó las esperanzas de los Dallas Mavericks de alargar la serie un poco más. 4-1 y los del norte de California que avanzan a sus sextas finales en ocho años, logro solo conseguido antes por los Chicago Bulls de Michael Jordan.

Enfrente, los Dallas Mavericks no pudieron repetir la gesta de cargarse a un favorito como habían hecho ante Phoenix Suns. A Luka Doncic, pese a su juego estelar, a veces se le vio cansado. Jalen Brunson y Spencer Dinwiddie no fueron quien de contrarrestar el poderío de los rivales. Y los tiradores texanos, como Reggie Bullock o Dorian Finney-Smith, no pudieron conseguir los porcentajes de tiro de series anteriores. En cualquier caso, mérito para ellos, pues han caído ante un equipo histórico.

La emergencia de los Splash Brothers

Porque el relato dorado de estos Golden State Warriors comienza en 2009. Los eventos que se producirán entre ese verano y el siguiente serán clave: primero llega en el draft un base tirador, con tendencia a las lesiones, un tal Stephen Curry que ahora ha ganado el primer Premio Magic Johnson. Y luego la franquicia es adquirida por Peter Gruber y Joe Lacob, dos empresarios de la zona de California. A partir de ahí, comienza su historia.

Pese a lesiones y malas temporadas, los nombres que van llegando en esos años son los que construirán su relato: Andrew Bogut, Klay Thompson, Draymond Green, Andre Iguodala. Todos en operaciones que no parecían destinadas al éxito total, pero así fue. Tras una temporada 2014 en la que dejaron muestras de lo que podían ser —cayeron en primera ronda ante Los Angeles Clippers, pero llegando hasta el séptimo partido—, los Golden State Warriors iniciaron al año siguiente su dinastía. Primer anillo en 2015, final perdida en 2016 ante los Cleveland Cavaliers de LeBron James, dos títulos más ya con Kevin Durant en 2017 y 2018.

La caída de la Dub Nation

Sin embargo, en este cuento también tenía que haber momento para las dudas, el drama y la posterior redención. En 2019, estos Golden State Warriors perdieron sus segundas finales ante Toronto Raptors, pero lo peor no fue eso: Klay Thompson se había lesionado de gravedad. Lo mismo que Kevin Durant, que anunció que se marchaba a Brooklyn Nets. La temporada siguiente, Curry se partió la mano al segundo partido y, de repente, los de California se habían convertido en uno de los peores equipos de la NBA. Incluso Klay Thompson tuvo que afrontar otra gravísima lesión al año siguiente.

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Pero la historia no acaba ahí. Fruto del trabajo de Klay para recuperarse, de Steve Kerr para acoplar a sus nuevas piezas —Andrew Wiggins, Jordan Poole, Jonathan Kuminga, Juan Toscano-Anderson—, los Golden State Warriors emergieron de nuevo este año. Fueron terceros de la Conferencia Oeste en liga regular. Eliminaron a Denver Nuggets en cinco partidos. A Memphis Grizzlies en una preciosa serie, pero también resuelta en seis encuentros. Y, ahora, paso previo a la gloria, han tumbado a unos Dallas Mavericks que venían de eliminar al mejor equipo de la regular season: Phoenix Suns.

Y el regreso: favoritos en las apuestas

¿Qué le espera ahora a los de la Bahía de San Francisco? Pues unas finales NBA en las que todavía no conocen a su rival —está entre Boston Celtics y Miami Heat—, pero en las que son claros favoritos. En Bet365, se paga a 1,66 euros el anillo para los Golden State Warriors, por los 2,30 euros de Boston Celtics y los 26 euros de Miami Heat. En esta casa de apuestas, y en todas, creen que la historia de ida y vuelta de los californianos va a acabar con un cuarto título.

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